Te amo en una morgue
Morí el día en que ella se fue, morí lenta y desesperadamente. si hubiera sabido que su partida me pondría en tal situación, al punto de abandonar el deseo de vivir, nunca me hubiera permitido dejarla ir. Sabía que ella me amó durante años y yo la amé, siempre la amé pero nunca se lo dije.
Oscuridad profunda, lugar angosto, a -10°C, sin ropa, descalzo, inamovible, exánime, cuando recupere la conciencia, solo vi los recuerdos de ella, ella y yo siendo nosotros. Oigo pasos, voces, veo una luz expandiéndose y dos personas acercándose.
La voz de uno de ellos me llega, hombre, voz grave, no puedo reconocerlo. Lo acompañan unos lamentos, sollozos que si reconozco, es ella, ella con una mirada lamentable, sin poder parar de llorar, incapaz de tocarme. Yo rígido incapaz de moverme, aun no se como puedo verla, oírla y sentirla, aun no se como pude no amarla.
Ella parada frente a mi, toma valor, se acerca, sujeta mi mano endurecida sin vida, como yo, llora pronuncia unas palabras, mi alma cae de rodillas si saber porque siento un dolor tan punzante al reconocerlas, ella dijo: "Te amo, siempre te amaré, siempre lo hice".
Morí lenta y desesperadamente sin decirle que la amé, que la amé como nunca lo hice con nadie más, sabía que mi alma no tardaría en abandonar la tierra, hubiera deseado poder abrazarla y besarla una vez más, este es el adiós, este es mi final.
Morí lenta y desesperadamente sin decirle que la amé, que la amé como nunca lo hice con nadie más, sabía que mi alma no tardaría en abandonar la tierra, hubiera deseado poder abrazarla y besarla una vez más, este es el adiós, este es mi final.



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